Habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás».
«Una historia regalada» © Difusión libre cortesía de Ixcís
«Amazing Grace» © Autorización de San Pablo Multimedia
Vosotros, esta humanidad tan global, tan sabia, tan preparada en muchas cosas, no os enteráis. Seguís pensando que a Dios hay que demostrarlo. Pedís signos, pruebas, os cuestiona el mal del mundo, las muertes inocentes, la realidad del pecado. Y exigís que demuestre mi amor acabando con todo ese mal. Pero ¿no veis que no dejo de enviar propuestas, mensajes, y caminos para hacerlo? Todos los que, como Jonás, como los discípulos, y como yo mismo, hemos gritado: «convertíos». Convertíos al amor. A la justicia. A la paz. A la compasión. Convertíos a la verdad, a la esperanza, a la vida verdadera. Y vosotros, erre que erre, empeñados en pedir signos y en cerrar los ojos y los oídos a mi palabra y al prójimo. Lo que no termináis de ver es que tantos hombres y mujeres sí han escuchado, y han confiado… Tantos, arriesgándolo todo, han alcanzado el amor… Ellos serán vuestros jueces. Porque, con sus vidas, demuestran que era posible.
(Rezandovoy, inspirado en Lc 11, 29-32)